Alejandro Mora Rodríguez es un apasionado del crecimiento personal y la transformación empresarial. Con una formación en Psicología Organizacional por la Universidad Mesoamericana de Puebla y una certificación en Coaching Deportivo y entrenamiento mental por Sport Coaching World, ha dedicado más de una década a inspirar a personas y empresas a alcanzar su máximo potencial.
Su impacto ha trascendido el ámbito corporativo, llegando a medios de comunicación, revistas y periódicos donde su filosofía de vida ha sido reconocida. Además, Alejandro fomenta el altruismo en sus charlas motivacionales, destacándose como un líder solidario y humano.
Pero su historia no se detiene ahí. En el Ultra Trail de Zimapán, logró una hazaña única: completar un ultramaratón de 62 km acompañado de un caballo sin rienda (Espartaco) y un perro sin correa (Pelusa), desafiando los límites físicos y emocionales en una prueba de resistencia sin precedentes.
En esta entrevista, exploramos su trayectoria, sus aprendizajes y los desafíos que lo han convertido en un referente del coaching y la motivación.
Alejandro muchas gracias por tu tiempo para esta entrevista, cuéntanos ¿qué te llevó a estudiar Psicología Organizacional y cómo influyó en tu carrera como instructor motivacional?
Durante mi adolescencia, comencé a interesarme en el estudio del comportamiento humano dentro de las organizaciones. Me intrigaba cómo las personas interactúan en los equipos de trabajo, qué las motiva realmente y cómo se puede transformar la cultura de una empresa para potenciar el desarrollo individual y colectivo.
La Psicología Organizacional me dio herramientas para comprender estos procesos, pero mi mayor aprendizaje vino fuera de las aulas: en la naturaleza, en mis entrenamientos, en la conexión con los caballos y en el esfuerzo constante por superar mis propios límites. Mi carrera como instructor motivacional no nació en un escritorio, sino en la experiencia real, en cada reto que enfrenté y en cada persona a la que ayudé a encontrar su propósito.
¿Cuáles han sido los mayores aprendizajes en tus más de 10 años como instructor motivacional?
- Aprender a sentir más que a pensar. Nos enseñan a ser racionales y estructurados, pero en ese proceso perdemos lo más importante: lo que dicta el corazón. La verdadera transformación no ocurre en la mente, sino en el alma.
- Dejar de acumular información y volver a lo esencial. Nos llenamos de datos, estrategias y teorías sobre éxito, pero nos perdemos de lo más importante. Nos volvemos máquinas de trabajo, seguimos caminos que ni siquiera son nuestros y terminamos vacíos.
- El esfuerzo constante con propósito. No se trata solo de trabajar duro, sino de trabajar con sentido. Si no tienes claro para qué te esfuerzas, terminas agotado persiguiendo algo que no te llena. Antes de buscar éxito, hay que buscar propósito.
Has liderado proyectos de transformación de cultura empresarial. ¿Cuál consideras que es el factor clave para aumentar la productividad y el desempeño del personal?
El factor clave es vernos como lo que realmente somos: seres humanos. Nos hemos acostumbrado a medirnos por títulos, diplomas y cargos, pero cuando dejamos de vernos como números y nos sincronizamos con los demás desde el corazón, los resultados son más rápidos, firmes y estables.
También es fundamental la empatía. Un equipo no crece si las personas no se sienten vistas, valoradas y comprendidas. Cuando en una empresa logramos conectar a las personas más allá del trabajo, cuando cada uno siente que su presencia aporta algo real, la productividad y el desempeño dejan de ser una obligación y se convierten en una consecuencia natural.

¿Qué te inspiró a correr el ultramaratón acompañado de un caballo sin rienda y un perro sin correa?
Quería unir mis dos grandes pasiones: correr en la montaña y los caballos. Pero no quería hacerlo desde la imposición ni la obligación, sino desde la libertad absoluta, en sincronía real con ellos.
Dustin y Jack no estaban atados a mí, pero estaban conmigo porque querían estar. Y ese es el mensaje más poderoso: cuando confías y das amor verdadero, los lazos son inquebrantables.
¿Cómo te preparaste física y mentalmente para esta hazaña?
Para correr con Dustin y Jack sin riendas ni correas, uve que soltar mis propias ataduras. La libertad no se impone, se vive.
Conectar con naturalezas distintas a la mía —un caballo, un perro, la montaña— no es algo que se logre con técnicas o métodos. Solo se logra con el corazón.
Físicamente, nos preparamos con entrenamientos, pero para la conexión no hay sistema. La única forma de estar listo era soltar el control, confiar y vivir el momento.
¿Cuál fue el momento más desafiante de la carrera y cómo lo superaste?
Nos encontramos con terrenos donde teníamos que trepar, saltar, superar obstáculos imposibles de planear. Pero cuando miré a Dustin y a Jack, vi que ellos no dudaban.
Entonces entendí algo: la seguridad no viene de saber exactamente qué hay adelante, sino de confiar en quién te acompaña.

¿Qué mensaje quisiste transmitir con este reto y qué aprendiste de la experiencia?
La verdadera libertad no es hacer lo que quieras sin reglas, es avanzar con otros desde el respeto, sin imponer, sin forzar.
Este reto fue un viaje de regreso a lo más limpio y puro. Porque la verdadera victoria no está en la meta, sino en el camino y en quiénes deciden recorrerlo contigo.
¿Qué consejo le darías a alguien que quiere mejorar su desempeño personal o profesional a través de la motivación?
Encuentra qué te mueve y vive hoy como la persona que deseas ser mañana.
La diferencia entre quienes logran grandes cosas y quienes se quedan en el intento no está en las oportunidades ni en la suerte, sino en quiénes deciden comprometerse con su propia transformación.
¿Cuál es tu próximo gran desafío?
Volver a correr con Dustin y Jack, pero esta vez ir más lejos.
No es solo una carrera, es una declaración de principios: demostrar que la conexión, la libertad y el respeto son más grandes que cualquier meta.
Seguiré corriendo, seguiré compartiendo, seguiré viviendo esta filosofía hasta que más personas recuerden lo que realmente significa ser libres.
Si pudieras dejar una lección de vida en esta entrevista, ¿cuál sería?
“No te conformes con existir cuando puedes vivir de verdad.
Escucha tu corazón más que tu cabeza, porque ahí están las respuestas que el mundo intenta callar.